Ayer una amiga, de la que no lo esperaba, me llamó para verme. Me había llamado el viernes (3 veces) porque yo le había dicho que si venía para Capital la quería ver, pero como tenía el celular lejos, no la escuché. De todas formas me había arrepentido de eso y no tenía ganas de verla (ni a ella ni a nadie).
La cuestión es que el sábado me volvió a llamar (primero a mí, después a mi casa, y de vuelta a mí) para verme.
Fue uno de esos gestos que te dicen que no les da a todos lo mismo verte o no. Me sentí querida.
[Estoy escuchando una canción que se llama Monochrome de Yann Tiersen, creo que es oportuna para mí ahora.]
domingo, abril 29, 2007
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4 comentarios:
Ni lo dudes que sos querida, isa!
Eso hay que tenerlo en cuanta. No se da muy seguido. (Los buenos gestos.)
Yo pienso:
1er: eso mismo que pensaste vos.
2do: No tiene nadie más a quien ver o se le agotaron las opciones.
Cualquiera de las dos puede funcionar.
Ojo ahí.
Saludos!
Lucy.-
Pollito querida
si te llamó es tu amiga.
Che Blogger compadre
la cosa está que arde.
Abrazo de Blog.
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